Top
Ten: los diez motivos que nos hacen sentir pelotudo/a si manejamos
como se debe
Ante
todo, partamos de una premisa. Los funcionarios y especialistas en
Seguridad Vial siempre hablan de que hay que “educar”, y que el
principal problema es la “falta de educacion” vial. Creo que
nadie se atreve a decir en voz alta que el verdadero problema es la
falta de conciencia del projimo, o en buen romance “me c... en el
projimo, y hago lo que se me canta!”
Esta
idiosincracia tipicamente argentina es la que hace estragos en el
manejo automotriz. La causa de tantos accidentes, muertos y heridos
en accidentes no es que la gente no sepa las reglas de transito, sino
algo mucho mas grave: la gente conoce las reglas pero no las
cumple adrede. ¿Que se puede hacer frente a esto? No puedo
presumir de ser una especialista, pero el sentido comun me dice que
el organo que mas duele es el bolsillo, o, como diria la rectora de
mi colegio “ustedes son hijos del rigor”. De tal modo
aprenderemos a cumplir. Con multas diferenciadas (no puede pagar lo
mismo el propietario de un Fiat Spazio que el propietario de un
Corolla) y que no prescriban.
Pero
me fui por las ramas. Aquí el Top Ten, ordenados según su gravedad.
Numero
10: La idea de las bicisendas es buena, pero, como toda buena idea en
este pais de milanesas, siempre hay alguien que la arruina por su
propio y mezquino interes personal. Y por eso vemos autos
estacionados en las bicisendas, a pesar de los artilugios que el
propio Gobierno de la Ciudad coloca para evitar ese atropello. Como
dice el saber popular “hecha la ley, hecha la trampa”
Numero
9: Ahora somos peatones, y de vez en cuando, llevamos un carrito de
bebe, o un changuito de compras, o simplemente estamos muy cargados y
nos viene bien la rampita de la esquina. Pero como ¿no habia una
rampita aca? Ah, pero el camion se estaciono encima, o los vecinos
inescrupulosos pusieron la basura aca, o de tanto transitarla, se
hizo añicos. Lo mas triste es para la gente que realmente la
necesita, personas en silla de ruedas o muletas, que podrian bajar a
la calle mas facilmente si alguien nada interesado en el projimo
hubiera estacionado o puesto su basura donde es debido.
Numero
8: Buscamos lugar para estacionar. Damos vueltas y vueltas y
¡milagro!, encontramos un lugar que, a primera vista, parece del
tamaño adecuado. Luego de varias maniobras, logramos estacionarlo
prolijamente, cuando ¡oh, casualidad!, sale embozado un individuo de
dudosa honestidad con un trapito en la mano. Quedan dos opciones....
morderse la lengua y avenirse a la “tarifa” que fija el turbio
personaje, o subirse de nuevo al auto y partir en busca de un lugar
sin “trapitos” (generalmente opto por esta ultima) Otra
solucion, si se debe concurrir a un lugar de concurrencia masiva ¡ir
en colectivo! (en mi vida se me ocurriria ir a un recital en auto!)
Numero
7: Ciudad, avenida atestada, y nosotros yendo a paso de hombre detras
de un auto lento, lento,leeeeento sin necesidad. Podria ir mas
rapido, no tiene a nadie inmediatamente adelante. Pero no, el auto de
adelante va lento...hasta que el semáforo se pone amarillo, él
pasa, y nosotros nos sentimos unos pelotudos porque tuvimos que
frenar en el rojo. Tipica maniobra de taxistas, a los que imagino
riendose del pobre gil que se quedó en el semáforo.
Número
6: No somos el auto mas veloz de la autopista, por eso no vamos por
el carril extremo izquierdo. Pero hay cada mamotreto andando por el
carril inmediatamente siguiente! Vejestorios que se arrastran a
menos de 60 km/h, en el carril extremo izquierdo o siguiente. Uno
viene a unos respetables y permitidos 100 km/h y tiene que frenar
abruptamente para no llevarse puesto a este individuo. Pufffff!
Numero
5: Una situacion inversa a la anterior. Vamos a la maxima permitida,
según la ruta: 80, 100, o 120 km/h. Y por el carril extremo
izquierdo. Pero hay alguien mas “apuradito” que nos quiere pasar,
obviamente, a una velocidad superior a la maxima permitida. Y nos
hace lucecitas! Ma'si, pasame y estrellate bien lejos de mi.
Numero
4: Esta es de peatones guapitos. Nuestro auto circula por una calle,
con semáforo en verde, obviamente es nuestro turno para pasar. Ah!
Pero el peaton es guapo y pasa igual, aunque el semaforo esté en
rojo para él, y ese auto venga para pasar en verde. El tipo no solo
pasa cuando no le corresponde, sino que no se apura, y encima, te
mira con cara de malo. Mi pequeña venganza: como no puedo ni debo
pasarlos por encima, protesto con un bocinazo prolongado que los
asuste un poco. ¡Hay que mirar el semáforo, caramba!
Numero
3: Mas de una vez estuve a punto de ser arrollada en esta situacion:
auto circula por avenida de doble mano, y no tiene ganas de dar toda
una vuelta manzana para tomar la calle transversal a la izquierda,
entonces, directamente, dobla a la izquierda en una calle sin
semaforo para hacerlo. El pobre peaton, que cruza en verde, tiene que
correr para que el infractor no lo aplane. Y encima ponen cara de
malos porque uno los apostrofa.
Numero
2: Circulamos por una avenida y vemos que el proximo semáforo se
pone amarillo. Logicamente (¿logicamente?) frenamos y nos detenemos.
Pero al lado nuestro pasan 1, 2, 3 o mas autos con el semaforo ya en
rojo. ¿Cuanto tiempo ganaran? Fenómeno muy comun en la provincia de
Buenos Aires, parece que los semaforos son lucecitas de un arbol de
Navidad prendidas todo el año, sin ningun proposito, dado que nadie
les hace caso
Numero
1: Cualquier ruta nacional de una mano por carril, usualmente las mas
concurridas, rutas 5,7,8 etc. Circulamos tranquilamente, hasta que
advertimos que peligrosamente se acerca el auto que trata de pasar a
otro en el carril contrario. Tan peligrosamente, ¡que nos tenemos
que tirar a la banquina para que no nos lleve puesto! Buen ejemplo
del tipico argentino forro, y despues ¡que no me digan que somos un
pueblo solidario!
¿se les ocurre otra situación de transito o manejo en los que se sientan idiotas por cumplir la ley? En una próxima entrada, hablaré sobre otras situaciones que me hacen sentir una idiota por cumplir la ley, pero que no tienen que ver específicamente con el tránsito